Soy un recluso cumpliendo una condena,
Para que luchar si mañana todo, se ira a la mierda,
La vida es un rompecabezas
Intentas resolverlo cuando aun te faltan piezas,
Y sonríes para no llorar,
Cargando esos recuerdos difíciles de borrar,
Miras su foto intentándolo odiar,
Pero te odias a ti misma por aprender a amar,
Y tu cuento no acabo con las perdices,
Aquella rana nunca se convirtió en príncipe,
Decides llorar en un papel.
Hasta que empiezas a entender, que...
Cuando el tiempo te consume y no dejas huella,
Tu cielo se oscurece y marchan las estrellas,
Intentas levantarte para poder cogerlas,
El destino te la juega y de ti se carcajea...
Ardió el colchón donde tu y yo, mojamos nuestros flacos huesos secos,tiritando y un amor tan prieto y dulce como no pensé que habría algo tan dulce en tu voz, y esto es solo una aproximación.
El tiempo probablemente no exista, quizá sea un invento para vender relojes. Se nos escapa cuando intentamos retenerlo, se nos escurre de la memoria. Se comporta con mala intención, cuando necesitas que corra, manipula lentamente las agujas de los relojes. Todo es cuestión de tiempo, guía con precisión nuestros pasos, la duración de la euforia e incluso controla cuántas lágrimas debes derramar. Los más caprichosos, buscan pactos con diablos para anular sus efectos, pero es hábil y el contador del tiempo sigue en activo. Tic, tac, tic, tac. Sin embargo, las agujas podrán efectuar giros completos, millones, infinitos, y mi tiempo seguirá siendo tuyo. Tú controlas mi tiempo, no un reloj, tú decides hasta cuándo debo seguir.